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La dieta cetogénica para perder peso se remonta a hace varias décadas, aunque de manera cíclica vuelve a ponerse de moda. Es el caso de la dieta Dukan o su precursora, la dieta Atkins.
Este tipo de dietas tienen muchos seguidores y también detractores. En ciertos casos puede ser perjudicial para la salud. Veamos.
Qué es la dieta cetogénica
La dieta cetogénica se basa en la ausencia de hidratos de carbono. Esto determina que el cuerpo se vea obligado a recurrir a sus reservas de grasa para obtener energía. Para ello, entra en un estado fisiológico excepcional conocido como cetosis.
Qué es la cetosis
Ante la ausencia de su combustible principal, la glucosa contenida en los hidratos de carbono, el organismo encuentra una fuente alternativa para la obtención de energía: la grasa. El inconveniente es que la liberación de ácidos grasos en sangre es tóxica a partir de ciertos niveles. De este modo, los ácidos grasos son transformados en el hígado en cuerpos cetónicos, las sustancias que dan origen a la cetosis.
Utilidad evolutiva de la cetosis
El hombre ha tenido que sobrevivir en ambientes y circunstancias muy diversos. En ocasiones, el acceso a los alimentos era muy limitado, por lo que ha sido necesario el desarrollo de mecanismos metabólicos alternativos. De este modo, el cuerpo humano puede funcionar durante periodos relativamente largos de tiempo sin disponer de aporte alguno de alimentos. Uno de los mecanismos metabólicos es la cetosis. Mediante la formación de cuerpos cetónicos a partir de las reservas de grasa permite la supervivencia en momentos de escasez.
Características de la cetosis
En los periodos de ayuno, los niveles de glucosa en sangre disminuyen. Es entonces cuando comienzan a transformarse los ácidos grasos empaquetados en los triglicéridos de las reservas adiposas en cuerpos cetónicos a nivel hepático.
Las principales sustancias que forman parte de los cuerpos cetónicos son:
- El beta-hidroxibutirato.
- El acetoacetato.
- La acetona.
El aroma tan característico que desprenden las personas con cetosis se debe a la acetona, que es eliminada a través de los pulmones.
Las células nerviosas, los hematíes y la médula ósea son tejidos especiales que apurarán las reservas de glucosa del organismo. Por el contrario, el resto de tejidos se sustentarán a partir de los cuerpos cetónicos.
En cualquier caso, cuando el acceso a los hidratos de carbono está tan limitado, los cuerpos cetónicos se convierten también en el principal aporte energético del sistema nervioso central y el cerebro. La pequeña parte de glucosa necesaria para los tejidos especiales se obtiene a partir de las proteínas de la dieta o del propio organismo. Otra parte se obtiene del glicerol que forma parte de los triglicéridos del tejido adiposo.
Cetosis para perder peso: de Atkins a Dukan
Las dietas basadas en la provocación de un estado de cetosis se pusieron de moda hace unas décadas con la dieta de Atkins, que limitaba el consumo de hidratos de carbono. Este tipo de dietas han tenido sus secuelas. La más reciente y exitosa es la dieta Dukan.
La cantidad de hidratos de carbono que incluyen este tipo de dietas a penas llega a los 50 g al día.
Dietas cetogénicas: mecanismo de acción
Las dietas cetogénicas para perder peso basan su supuesta eficacia en la formación de cuerpos cetónicos. Estos determinan una reducción de las reservas de grasa. Esto lleva aparejado un supuesto incremento del gasto calórico y una disminución del apetito.
Evidencias sobre cetosis y pérdida de peso
No existen claras evidencias de que las dietas cetónicas bajas en hidratos de carbono sean mejores para perder peso que otras dietas reducidas en calorías.
La restricción en la dieta del aporte de hidratos de carbono determina el rápido agotamiento de las reservas de glucógeno del músculo y el hígado. También se produce una pérdida del agua que está almacenada junto a las unidades de glucosa que forman el glucógeno. De este modo, al menos parte de la pérdida de peso corporal derivada de la dieta cetogénica es debida a la pérdida de agua.
Sin embargo, las teorías que apoyan las dietas cetogénicas sostienen que la disminución ponderal se deriva del incremento del gasto energético.
En cuanto a las evidencias existentes de que una dieta reducida en hidratos de carbono determine un mayor gasto energético son muy débiles. Una dieta con un porcentaje elevado de proteínas puede llegar a aumentar el gasto energético mínimamente. Sin embargo, eso no explicaría el total de la pérdida de peso observada.
La pérdida de peso obtenida con las dietas cetogénicas es probable que se deba a las restricciones y a una menor variedad de alimentos que acabe limitando la ingesta calórica. También puede contribuir el hecho de que las proteínas tienen un efecto saciante más elevado que los hidratos de carbono y las grasas.
Beneficios de la dieta cetogénica
En los últimos tiempos se han llevado a cabo múltiples estudios sobre las dietas cetogénicas y su posible aplicación en diversas situaciones relacionadas con la salud y la enfermedad. En este sentido, los posibles beneficios derivados de las dietas cetogénicas se han relacionado con diversas patologías, incluyendo:
- Enfermedades cardiovasculares.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Síndrome del ovario poliquístico.
- Enfermedades neurológicas.
- Acné.
- Problemas respiratorios.
Dieta cetogénica y obesidad
Existe cierto grado de evidencia sobre la efectividad en la pérdida de peso a corto plazo (hasta 6 meses) de las dietas reducidas en carbohidratos. En el caso de períodos de tiempo más largos, las diferencias desaparecen en comparación con dietas equilibradas.
Son varios los argumentos utilizados para explicar la ventaja inicial de las dietas reducidas en hidratos de carbono. En primer lugar, se produciría un mayor gasto calórico del organismo que obtiene glucosa a partir de aminoácidos y glicerol. En segundo lugar, un mayor efecto saciante derivado de una ingesta elevada de proteínas. Finalmente, se señala la posible reducción del apetito por el estado de cetosis.
Dieta cetogénica y diabetes tipo 2
La reducción en la ingesta de carbohidratos podría derivarse en ciertos beneficios metabólicos. Sin embargo, los estudios llevados a cabo hasta la fecha no señalan beneficios significativos en el control de la glucemia. Es cierto que el bajo grado de adherencia de este tipo de dietas podría explicar los resultados poco esperanzadores de estos estudios.
En cualquier caso, la disminución de azúcares e hidratos de carbono refinados es un factor positivo en el control de enfermedades como la diabetes tipo 2.
Dieta cetogénica y salud cardiovascular
La reducción de hidratos de carbono contribuye a la reducción de triglicéridos. Además, también se apunta a un posible efecto reductor del colesterol total y un aumento del colesterol bueno (HDL).
Otras voces señalan que el mayor consumo de grasas de este tipo de dietas, por el contrario, pueden aumentar el riesgo cardiovascular. En cualquier caso, más que el tipo de nutriente, sería preciso valorar el tipo de alimentos que se consumen y la calidad de los mismos.
Dietas cetogénicas: riesgos para la salud
La limitación severa de los hidratos de carbono de la dieta cetogénica deja al organismo sin su principal fuente de energía. El exceso de grasas liberado en esta situación puede perturbar el equilibrio ácido-base del medio interno. De este modo, una elevación excesiva de los niveles de ácidos grasos y cuerpos cetónicos en sangre puede dar lugar a la aparición de una cetoacidosis. En casos extremos, se pueden producir complicaciones graves, incluyendo un estado avanzado de deshidratación, inflamación cerebral y coma.
Dieta cetogénica y salud renal
Las dietas cetogénicas pueden afectar negativamente al funcionamiento del riñón, especialmente a pacientes con una afectación renal previa. El aumento proteico de la dieta determinaría una mayor eliminación renal de nitrógeno, lo que podría se perjudicial para el riñón.
Dieta cetogénica y carencias nutricionales
Las dietas con un contenido reducido de carbohidratos determinan la aparición de estreñimiento. Esto se debe a la reducción en la ingesta de frutas, verduras, cereales y derivados. Se trata de alimentos ricos en fibra alimentaria, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas potencialmente beneficiosas. Este menor consumo de alimentos vegetales se relaciona con el aumento del riesgo cardiovascular y de padecer ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de colon.
Otros problemas que puede ocasionar este tipo de dietas son los tirones y la debilidad muscular, casos de diarrea, sarpullidos y agotamiento, entre otros.
Dieta cetogénica y mortalidad
Se ha señalado en determinados estudios observacionales que las dietas bajas en hidratos de carbono determinan un mayor riesgo de mortalidad total. Sin embargo, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular no muestra diferencias entre los distintos tipos de dieta.
Dieta cetogénica y salud
Existen otras patologías que han mostrado ciertos beneficios derivados de una dieta cetogénica. Estas incluyen algunos tipos de cáncer, el síndrome del ovario poliquístico y el acné. También determinadas enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson podrían beneficiarse de este tipo de dietas. Sin embargo, la evidencia disponible no permite ser concluyentes.
Por otro lado, es complejo determinar el factor exacto que se relaciona con esos potenciales beneficios. De este modo, podrían ser varios los causantes: la aparición de cuerpos cetónicos, la reducción de grasa corporal, la disminución de carbohidratos de la dieta, etc.