Colon irritable

El síndrome del colon irritable o del intestino irritable es una dolencia que puede afectar a todo el tracto gastrointestinal, aunque suele manifestarse de forma más intensa en el colon.

Qué es el síndrome del colon irritable

El síndrome del colon irritable es un trastorno que cursa con molestias en el tracto digestivo y la alteración de las deposiciones. Esta alteración puede ir desde el estreñimiento hasta la diarrea o la alternancia de ambas situaciones.

Epidemiología del colon irritable

No es fácil saber a ciencia cierta el número de personas afectadas por el síndrome del colon irritable por lo difuso de su sintomatología y los cambios en los criterios diagnósticos. Sí es cierto que suele ser un motivo de consulta habitual en atención primaria y gastroenterología.

En los países occidentales, la prevalencia varía entre el 10 y el 18 %. Algunas estimaciones establecen que cerca del 10 % de la población en España podría padecer el trastorno, si bien este porcentaje podría ser superior.

En los países de nuestro entorno suele afectar al doble de mujeres que de hombres.

Síntomas del síndrome del colon irritable

El colon irritable es un trastorno funcional, ya que no se conocen sus causas exactas. La identificación de los síntomas facilitará el diagnóstico, descartando otras enfermedades del aparato digestivo.

Los síntomas más comunes son:

  • Dolor abdominal (“retortijones”) que se alivian con la defecación.
  • Alteraciones en el ritmo intestinal con cambios en la forma de las deposiciones (a veces con diarrea y otras con estreñimiento).
  • Hinchazón abdominal.
  • Sensación de evacuación incompleta.
  • Presencia de moco en las heces.

También pueden aparecer síntomas extraintestinales, como por ejemplo:

  • Acidez y reflujo gastroesofágico.
  • Urgencia urinaria.
  • Fibromialgia.
  • Dolor de cabeza.
  • Menstruación dolorosa.
  • Fatiga crónica.
  • Insomnio.
  • Ansiedad y depresión.

Diagnóstico del síndrome del colon irritable

El síndrome de intestino irritable se suele diagnosticar tras descartar otras afecciones del tracto gastrointestinal. De este modo, existen patologías que pueden presentar síntomas similares, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la enfermedad celíaca y el cáncer colorrectal, entre otras.

El diagnóstico comienza con un examen completo que incluye una historia clínica. En ella deben aparecer los hábitos relacionados con la dieta, la actividad física y las deposiciones.

Otras pruebas que se pueden realizar incluyen una analítica completa, el examen de las heces y una colonoscopia.

Para el diagnóstico definitivo del síndrome de colon irritable, los síntomas tienen que estar presentes durante un periodo mínimo de tiempo (12 semanas al año, no necesariamente consecutivas).

Causas del síndrome del intestino irritable

Las causas del síndrome del colon irritable son complejas e incluyen diversidad de factores, lo que dificulta el establecimiento de un tratamiento definitivo.

Entre los factores se incluye la alteración de la motilidad gastrointestinal, el aumento de la fermentación en el colon, la hipersensibilidad visceral y trastornos en el control intestinal. También puede darse una afectación de la flora intestinal, con un desequilibrio entre las especies presentes. Esto determina la reducción de especies de bifidobacterias y lactobacilos en comparación con individuos sanos.

Otro factor que puede actuar como desencadenante de los síntomas en individuos con predisposición es la dieta, especialmente, la presencia de determinados alimentos ricos en sustancias fermentables.

En cuanto a los problemas psicológicos y emocionales, el estrés, los problemas sociales, familiares y laborales pueden aumentar la sensibilidad.

Tratamiento para el síndrome del intestino irritable

En el síndrome del colon irritable los síntomas no obedecen a una patología orgánica grave. En este sentido, es preciso valorar los síntomas que predominan en cada paciente. De este modo, el tratamiento será diferente en cada caso y no existirá un único tratamiento eficaz para todos los casos de intestino irritable.

Algunos pacientes pueden beneficiarse de medidas terapéuticas sencillas, incluyendo consejos dietéticos o cambios en el estilo de vida. Otros, sin embargo, requerirán de un tratamiento farmacológico para disminuir la intensidad de los síntomas. Finalmente, otros pacientes requerirán de tratamiento psicoterapéutico o psiquiátrico.

En definitiva, el enfoque para los pacientes que padecen el síndrome del intestino irritable deberá ser multidisciplinario, incluyendo una buena terapia de apoyo, junto con la aplicación de medidas higiénico-dietéticas, farmacológicas y psicoterapéuticas.

En este sentido, es primordial que se establezca una buena relación médico-paciente.

Medicamentos para el colon irritable

Los medicamentos que se suelen usar tienen como finalidad aliviar los síntomas, es decir, es un tratamiento sintomático. Se incluyen los antiespasmódicos, determinados laxantes para el estreñimiento y antidiarreicos para el caso opuesto. El tratamiento de la ansiedad y de la depresión (si acontecen) puede mejorar los síntomas. Se puede contemplar, por ello, el uso de antidepresivos.

Hábitos saludables

Algunos pacientes han mostrado beneficiarse al adquirir hábitos saludables como llevar a cabo actividad física de forma regular. En cuanto a los hábitos gastrointestinales, puede ser beneficioso pautar de forma sistemática un periodo específico para realizar la evacuación.

Terapia psicológica

Determinados pacientes pueden obtener un claro beneficio de diferentes terapias psicoterapéuticas que puedan identificar y controlar acontecimientos estresantes y reducir el nivel de ansiedad.

En este sentido, puede ser útil aprender métodos de relajación y otras formas de reducir el estrés para aliviar los síntomas.

Flora intestinal

Como se ha dicho, una de las hipótesis señala que las alteraciones en la flora intestinal pueden desempeñar un papel relevante en la aparición de los síntomas de determinados pacientes. Para subsanarlo, se contempla el uso terapéutico de diferentes herramientas que podrían ayudar a reestablecer una flora intestinal adecuada:

  • Antibióticos. Pueden ser de utilidad para contrarrestar el crecimiento de ciertas especies bacterianas perjudiciales.
  • Prebióticos. Son sustancias –habitualmente encuadrada en la fibra soluble– que propician el crecimiento de especies bacterianas beneficiosas.
  • Probióticos. Se trata de las propias especies bacterianas beneficiosas que podrían consumirse para que se establecieran en el colon.

Dieta para el colon irritable

Algunos pacientes experimentan claras mejorías al excluir algunos alimentos que será preciso identificar. Suelen ser habituales, en este caso, los alimentos que favorecen la formación de gas. Otros alimentos que han recibido especial atención son los que tienen un contenido elevado de FODMAPs.

Qué son los FODMAPs

Los FODMAPs (acrónimo inglés de ‘Fermentable Oligo, Di, Monosaccharides And Polyol’) son pequeñas moléculas de hidratos de carbono y polialcoholes fermentables. Son sustancias que no son absorbidas en su mayoría. De este modo, llegan hasta el colon donde son fermentadas por la acción de la flora intestinal, con la consiguiente formación de líquido y gas. En algunos casos, esta situación puede desencadenar los síntomas gastrointestinales habituales del síndrome del intestino irritable.

Dieta reducida en fodmaps

Algunos profesionales de la salud defienden una dieta baja en FODMAPs para el tratamiento dietético del síndrome del colon irritable. Diversos estudios, incluido un reciente meta-análisis, apoyan la eficacia de este tipo de dietas, aunque la calidad de la evidencia mostrada es baja.

Lo que se ha podido observar es que los FODMAPs pueden aumentar los síntomas gastrointestinales a través de diversos mecanismos. Estos incluyen el aumento del volumen de agua en el intestino delgado, el aumento de la producción de gas en el colon y de la motilidad intestinal. Sin embargo, los FODMAPs presentan efectos fisiológicos beneficiosos, como el aumento del volumen de las heces y de la absorción de calcio. También parecen modular la función inmune y tienen un efecto reductor del colesterol y los triglicéridos en sangre. Además, estas sustancias parecen estimular selectivamente el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas como las bifidobacterias.

Los FODMAPs aparecen de forma natural en alimentos como cereales y derivados, legumbres, verduras, frutas y lácteos con lactosa.

Debido a la amplia difusión de los FODMAPs en los alimentos, las restricciones alimentarias impuestas por una dieta baja en FODMAPs podría determinar una ingesta deficiente de varios nutrientes. Entre ellos, habría que destacar la fibra dietética, calcio, hierro, zinc, vitaminas del grupo B y vitamina D, además de otras sustancias beneficiosas como polifenoles y otros antioxidantes.

Por todo ello, sería recomendable llevar a cabo un seguimiento y establecer un plan dietético personalizado, adaptado a las características, síntomas y especificidades de cada paciente.

Diario del paciente con colon irritable

La utilización de un diario puede ser muy útil para el paciente con síndrome del intestino irritable. Especialmente, a la hora de identificar los alimentos que le pueden provocar una reacción negativa y la aparición de síntomas.

De este modo, el paciente lleva a cabo un registro de los alimentos que le producen molestias y síntomas gastrointestinales. En lo sucesivo, establecerá una limitación de esos alimentos identificados, siempre buscando el equilibro para no incurrir en deficiencias nutricionales. De entrada, se deberá prestar especial atención a los alimentos con un alto contenido en fibra, almidón resistente, fruta, café, té, alcohol, bebidas con gas y polioles.

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