El sol reduce la enfermedad inflamatoria intestinal infantil

Un reciente estudio llevado a cabo en Australia relaciona una mayor exposición al sol con un menor riesgo infantil de padecer enfermedad inflamatoria intestinal. Dentro de esta podemos englobar patologías como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y el colon irritable.

Enfermedad inflamatoria intestinal: causas

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una patología creciente de causa desconocida cuya incidencia continúa creciendo en todo el mundo. Sin embargo, la EII no es muy frecuente en niños. Solo entre el 15 y el 25 % de los casos son diagnosticados antes de los 20 años de edad.

Algunas hipótesis apuntan a que los cambios en los hábitos de vida pueden jugar un papel importante en la aparición de este tipo de enfermedades.

En este sentido, además de los factores genéticos, en el riesgo de la EII pediátrica están implicados factores ambientales, relacionados con cambios en la flora intestinal y del sistema inmunitario.

Factores ambientales de la EII

Algunos factores ambientales que aumentan el riesgo de EII incluyen:

  • Residir en una latitud elevada (más riesgo cuanto más al norte).
  • Vivir en un entorno urbano.
  • Tener un estatus socio-económico elevado.
  • Presentar un exceso de limpieza o falta de exposición a microorganismos entéricos no patológicos durante la infancia.
  • La exposición al humo del tabaco.

Diferentes tipos de EII

Los dos principales tipos de EII, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, presentan diferentes características clínicas y, posiblemente, diferentes causas.

En España, se calcula que unas 60.000 personas padecen colitis ulcerosa y unas 40.000 tienen enfermedad de Crohn.

La incidencia de la enfermedad de Crohn pediátrica aumenta conforme nos alejamos del ecuador, al menos en el hemisferio norte. Esto se asocia directamente con un mayor número de meses en los que la radiación ultravioleta del sol no supera determinado umbral (en concreto 1.488 kJ por metro cuadrado).

Exposición al sol y enfermedad inflamatoria intestinal infantil

Los hallazgos de diversos estudios sugieren la existencia de una relación entre la incidencia de la EII infantil y la exposición a la radiación ultravioleta o a algún factor asociado como podría ser el nivel de vitamina D. Hasta la fecha, no existían estudios que investigasen a nivel individual si una mayor exposición al sol se asociaba con un riesgo reducido de EII.

Estudio de casos y controles sobre exposición al sol y enfermedad inflamatoria intestinal infantil

En el estudio, llevado a cabo por diversos centros de investigación australianos y publicado recientemente en la revista Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition, se investigó la exposición al sol a nivel individual y el riesgo de iniciar EII en niños hasta los 18 años de edad que vivían en la ciudad de Melbourne, Australia.

Para ello, se reclutaron 99 niños de 0 a 17 años diagnosticados de EII por medio de criterios clínicos, histológicos y radiológicos.

Los integrantes del grupo control, 396 en total, tenían igualmente de 0 a 17 años y habían nacido en el estado de Victoria, Australia. Estos no presentaban diagnóstico de EII ni ninguna enfermedad relacionada. Tampoco tenían ningún antecedente familiar de la enfermedad.

La exposición al sol se midió con diversos cuestionarios, teniendo en cuenta la estación del año, los fines de semana y vacaciones en las diferentes etapas de edad (de 0-2 años; 3-5 años; 6-10 años; 11-15 años) y el tiempo de exposición al sol en el último verano e invierno.

Resultados del estudio

Los resultados del estudio mostraron que la enfermedad de Crohn fue la EII más diagnosticada en el grupo de casos (63,9 %).

En el estudio se observó que un ligero incremento en la exposición al sol durante los fines de semana y las vacaciones en verano o invierno (10 minutos extra) se asociaba con una reducción del 6 % en el riesgo de padecer una enfermedad inflamatoria intestinal.

La asociación mostró una relación lineal. Además, se observó que conseguir un tono de piel más oscuro después de 2 semanas de vacaciones, se relacionaba con un menor riesgo de EII. La asociación se hacía más sólida con el aumento de la edad, reflejando un posible efecto acumulativo.

Estos resultados apoyan la idea de un efecto protector de la exposición al sol en el desarrollo de la EII infantil. Además, los resultados son consistentes con los estudios ecológicos previos, pero no muestran las posibles causas.

En este sentido, la modulación inmunitaria que reduciría el riesgo de EII podría ocurrir por medio de la mejora de los niveles de vitamina D inducida por la exposición al sol. Sin embargo, también podría tener lugar a través de otras modificaciones tras la exposición de la piel a los rayos UV.

En cualquier caso, no está claro si la deficiencia de vitamina D puede ser la causa o una consecuencia de la enfermedad y los resultados dispares de los estudios con suplementos de vitamina D no han resuelto la cuestión.

Conclusión

El estudio que se analiza se suma a la creciente evidencia sobre que una mayor exposición al sol (o a la vitamina D) se asocia con un riesgo reducido de algunas enfermedades autoinmunes. En cualquier caso, tampoco se debe olvidar el riesgo aumentado de algunos tipos de cáncer de piel, como el melanoma, tras la exposición al sol.

En conclusión, puede que los cambios en el comportamiento de los niños con respecto a su relación con el entorno (menos juego en la calle, menos exposición al sol y más permanencia en lugares cerrados) podría estar relacionado con las causas del incremento de algunas enfermedades, como es el caso de la enfermedad inflamatoria intestinal.

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