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Dentro de las pruebas incluidas en un análisis de sangre, una parte importante es la evaluación de las proteínas plasmáticas.
De este modo, el análisis valora los niveles de las principales proteínas que circulan en la sangre: albúmina y globulinas.
A su vez, las globulinas se pueden diferenciar en cuatro fracciones principales:
- alfa1-globulina,
- alfa2-globulina,
- betaglobulina y
- gammaglobulina.
Análisis de proteínas plasmáticas
Las proteínas tienen propiedades eléctricas específicas. Para separarlas se utiliza la técnica de la electroforesis. Esta consiste en someter a las proteínas a un campo eléctrico lo que permite separarlas en función de su tamaño, forma y carga eléctrica. De este modo se obtiene su distribución y cantidad relativa, lo que ofrece información sobre la posible existencia de enfermedades.
Además del espectro electroforético, se puede valorar la cantidad de proteínas totales, que normalmente oscila entre 55-80 g/L.
Albúmina alta
La albúmina es la proteína más abundante en la sangre y sus valores normales oscilan entre 35 y 55 g/L.
La albúmina alta puede indicar una situación de deshidratación. Por el contrario, valores inferiores a lo normal pueden relacionarse con desnutrición, quemaduras graves, enfermedad renal o hepática, enfermedades autoinmunes o procesos cancerosos, entre otros.
Alfa1-globulina alta
Un aumento de esta fracción proteica puede deberse a enfermedades autoinmunes, al embarazo, a una enfermedad infecciosa o al cáncer. Puede producirse una disminución de la alfa1-globulina en caso de enfermedad renal o hepática o debido al déficit de alfa1-antitripsina, una enfermedad de origen genético que puede causar problemas pulmonares.
Alfa2-globulina alta
La alfa2-globulina alta puede observarse en caso de enfermedades autoinmunes, cáncer, enfermedad renal, ataque cardíaco y tuberculosis, entre otras. Su disminución puede relacionarse con enfermedad hepática, leucemia, anemia hemolítica e hipotiroidismo.
Betaglobulina alta
La betaglobulina alta puede deberse a una anemia, a hiperlipidemia o una enfermedad hepática, como la cirrosis. La disminución de la betaglobulina puede ser causada por la enfermedad renal o hepática o por problemas de coagulación de la sangre.
Gammaglobulina alta
Las gammaglobulinas son las proteínas conocidas como anticuerpos. Se trata de proteínas encargadas de la defensa frente a diferentes agentes agresores del organismo. El aumento de la gammaglobulina se asocia con infecciones crónicas, enfermedades autoinmunes, algunos tipos de leucemia, mieloma múltiple, enfermedad hepática o linfoma de Hodgkin. La disminución del porcentaje de esta fracción proteica puede deberse a una enfermedad renal o a una hipogammaglobulinemia, un tipo déficit en el sistema inmunológico.