Smartphones y redes sociales en la salud mental de los adolescentes

Recientemente se ha hecho público el Informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) dependiente del Ministerio de Transformación Digital sobre “el impacto del aumento del uso de internet y las redes sociales en la salud mental de jóvenes y adolescentes”. En él se señala el riesgo elevado de una parte importante de la población adolescente de hacer un uso compulsivo de los servicios digitales, lo que conlleva la aparición de trastornos mentales y un menor rendimiento académico, entre otras consecuencias.

Deterioro de la salud mental en jóvenes y adolescentes

En los últimos años se ha podido observar un aumento considerable de los problemas de salud mental en toda la población, especialmente en la gente más joven. Son múltiples los factores causales de esta situación, señalándose como especialmente relevante la pandemia sanitaria de la covid. Este acontecimiento, entre otros factores, impulsó el uso de las tecnologías digitales y la conexión a internet y las redes sociales, lo que a su vez tuvo un gran impacto en el bienestar emocional de las personas de todas las edades.

En este sentido, una de las consecuencias del confinamiento que tuvo lugar durante la pandemia fue el aumento del uso de tecnologías digitales e internet, paralelamente al aislamiento social y la reducción de los planes de ocio y de relaciones sociales convencionales.

Algunas de las consecuencias de todo ello fue el incremento de casos de depresión, insomnio, ansiedad, estrés postraumático, menores niveles de autoestima y otros trastornos vinculados al bienestar emocional y a la salud mental.  

De este modo, la autopercepción en jóvenes y adolescentes (de 15 a 29 años) de un estado de salud positivo antes y después de la pandemia ha disminuido desde el 78 al 55 %.

Incidencia de trastornos mentales debido a internet y las tecnologías digitales

Uno de cada cinco jóvenes considera que la interacción a través de redes sociales es un motor generador de estrés. Esto supone un incremento de 7,5 puntos con respecto al periodo anterior a la pandemia. Además, uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 16 años presenta un riesgo elevado de hacer uso compulsivo de las tecnologías digitales.

En este sentido, los niveles de bienestar emocional, integración social y satisfacción con la vida son siempre inferiores entre los jóvenes que presentan un uso problemático de internet y de las redes sociales, si bien no se puede establecer una relación de causa y efecto.

En el caso específico de las chicas de 14 a 24 años, las investigaciones señalan que las que dedican más de dos horas al día a redes sociales en las que se produce una exposición constante de la imagen física como Instagram presentan niveles más altos de descontento con su cuerpo, así como un deseo de estar más delgadas, además de tener una menor autoestima.

Adicción a los dispositivos digitales

La exposición a las pantallas tiene repercusiones directas en la salud física y mental, como demuestran diversos estudios. Como siempre, el efecto potencialmente negativo del uso de las plataformas online es más peligroso cuando existe una adicción o el uso es compulsivo.

En este sentido, los síntomas que pueden alertar sobre un comportamiento adictivo incluyen:

  • La necesidad de uso creciente (tolerancia).
  • Aparición de malestar cuando no se están utilizando las nuevas tecnologías (síndrome de abstinencia).
  • El uso excesivo interfiere en todas las facetas de la vida de la persona.
  • Existe dificultad para dejar de utilizar las nuevas tecnologías, a pesar de tener consciencia de sus efectos negativos.

Consecuencias del uso excesivo de las nuevas tecnologías

Diversos estudios señalan que un mayor uso diario del teléfono móvil aumenta la probabilidad de tener una media de notas más baja que aquellos estudiantes que lo utilizan con menor frecuencia.

En un estudio llevado a cabo en España que incluía encuestas con cerca de 1.000 adolescentes entre 12 y 17 años arrojó los siguientes resultados:

  • En el ámbito académico, cerca de la mitad de los estudiantes aseguró que el uso de estas tecnologías les quitaba tiempo que podrían emplear en el estudio.
  • Uno de cada cinco adolescentes utilizaba dispositivos digitales para distraerse en clase.
  • Uno de cada cuatro adolescentes ha reducido considerablemente el tiempo dedicado a otras actividades que no requieren dispositivos tecnológicos, como por ejemplo, practicar deporte o realizar actividades culturales.
  • En el ámbito de las relaciones sociales, uno de cada diez jóvenes afirma haber recortado el tiempo que pasa presencialmente con sus amigos, mientras que uno de cada cuatro pasa bastante o mucho tiempo solo desde que usa dispositivos tecnológicos.

Aspectos positivos del uso de internet y las redes sociales

No todo lo que ofrecen las nuevas tecnologías es negativo ni tiene que comportar un uso problemático. Es significativo el hecho de que son más las personas que se benefician de las ventajas de saber utilizar las nuevas tecnologías que los que sufren sus consecuencias negativas.

Internet, las redes sociales y las plataformas online pueden servir para eliminar barreras de comunicación, ser una vía de fácil acceso para expresar sentimientos o también estimular la creatividad.

La mayoría de los adolescentes señalan que las redes sociales les ayudan a sentir mayor aceptación y mayor sentimiento de apoyo. Además, son un buen canal para mostrar su lado creativo, ayudándoles a estar más conectados con lo que sucede en la vida de sus compañeros y amigos.

Prevención y atención de los trastornos por uso inadecuado de las nuevas tecnologías

Para prevenir los riesgos del uso abusivo de las pantallas (internet, redes sociales y videojuegos) puede servir de ayuda:

  • Fomentar la concienciación de la población adolescente y juvenil sobre la magnitud de este problema.
  • Considerar el control parental sobre el uso de los servicios digitales para prevenir conductas que pueden derivar en problemas mentales.
  • Formar en la adquisición de competencias digitales básicas a familias y centros escolares para que puedan acompañar y supervisar a los menores en el proceso de alfabetización digital.
  • Inversión de más recursos por parte de las instituciones públicas y educativas, tanto para investigar todas las implicaciones de este problema como para atender de forma adecuada a la población adolescente y juvenil que lo sufre.

Mediación parental

Algunas investigaciones muestran que la población infantil y adolescente que utiliza tecnologías digitales bajo supervisión de personas adultas tiene una menor incidencia de los usos problemáticos de internet y de problemas de salud mental en comparación con los que utilizan la tecnología sin ninguna supervisión.

En este sentido, los datos disponibles sobre control y supervisión parental se sitúan en niveles bajos. Apenas en una de cada diez familias se limitan los contenidos y solo en una de cada cuatro se ponen normas o límites horarios.

En definitiva, es fundamental la supervisión y control por parte de las familias para asegurar un uso más adecuado de los dispositivos digitales y los medios sociales online. De este modo, algunos expertos recomiendan concienciar a las familias sobre la conveniencia de retrasar la edad de entrega del primer teléfono móvil y, en cualquier caso, no perder el control del acceso del adolescente a internet y las redes sociales.

Bibliografía

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