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El liquen plano fue descrito por primera vez en 1869 como una enfermedad que afectaba a la piel, las uñas y mucosas, con una posible transformación maligna. Si bien todavía quedan muchas cosas por esclarecer al respecto de sus causas, el liquen plano ha sido objeto de múltiples investigaciones en los últimos tiempos.
Una de sus versiones más características es el liquen plano oral.
¿Qué es el liquen plano?
Se trata de una patología inflamatoria crónica de causas desconocidas, aunque parece existir una base autoinmune y claras conexiones de carácter psicosomático. Su afectación es principalmente mucocutánea, con lesiones papulosas características eritematoso-violáceas, planas y de morfología poligonal. La localización típica es en las muñecas, la región lumbar y las extremidades, si bien en un 30-70 % de los casos se afecta la mucosa oral, el esófago, la región genital y el canal anal.
Las erupciones suelen ir asociadas a un intenso prurito, aunque el 20% de los pacientes permanecen asintomáticos.
Afecta al 1% de la población, predominantemente a adultos de mediana edad. En el caso del liquen plano oral la prevalencia estimada va del 0,5 al 2%, afectando al doble de mujeres.
Además del liquen plano oral existen varias formas clínicas de liquen plano. Entre ellas destacan el liquen plano actínico, hipertrófico, ampolloso, penfigoide, anular atrófico, pilar, palmoplantar, erosivo, zosteriforme y síndrome vulvo-vagino-gingival.
Liquen plano oral
La variante oral del liquen plano (LP) es una enfermedad crónica e inflamatoria que afecta a la mucosa oral con recaídas y remisiones características. Mientras las lesiones cutáneas del LP pueden ser autolimitadas y pruriginosas, las lesiones del liquen plano oral (LPO) son comúnmente crónicas, no remitentes y pueden ser una fuente de morbilidad. En este caso, las lesiones se presentan con una morfología reticulada, atrófica, en placas, erosiva o ampollosa.
En ocasiones, el LPO puede cursar con afectación del esófago y disfagia.
El diagnóstico de LPO generalmente se realiza por medio de los exámenes clínicos e histológicos. Sin embargo, en las lesiones clásicas (patrón bilateral, reticular), es posible hacer un diagnóstico basado únicamente en la apariencia clínica.
Por otro lado, existe un espectro de lesiones liquenoides orales que pueden confundir el diagnóstico diferencial. Estas incluyen lesiones liquenoides de contacto, reacciones a fármacos y lesiones liquenoides de la enfermedad de injerto contra huésped.
De este modo, medicamentos como antiinflamatorios no esteroideos, ciertos antihipertensivos e hipoglucémicos pueden contribuir al desarrollo de reacciones liquenoides. También los materiales de restauración dental, incluyendo la amalgama, el oro y el níquel también pueden estar relacionados con las reacciones liquenoides localizadas en determinados pacientes.
Finalmente, cabe señalar que varias dermatosis −como las del lupus eritematoso o el eritema multiforme− pueden presentar algunos rasgos liquenoides, tanto clínica como histológicamente.
La controversia sobre si el LPO se asocia con un mayor riesgo de transformación maligna agrega mayor complejidad a esta enfermedad. En cualquier caso, un protocolo de seguimiento a largo plazo se considera esencial.
Causas y factores desencadenantes
Existe una opinión generalizada de que se trata de una enfermedad con una base autoinmune, en la que los antecedentes genéticos pueden desempeñar un papel relevante en su aparición.
También se cree que los factores psicológicos juegan un papel en el desarrollo del LPO. Los pacientes con LPO suelen exhibir mayores niveles de ansiedad, depresión y mayor vulnerabilidad a los trastornos psicológicos. Además, las exacerbaciones del LPO se relacionan con períodos de estrés psicológico y ansiedad en algunos estudios.
Por otro lado, el LPO puede estar asociado con determinadas enfermedades sistémicas, incluyendo afectaciones hepáticas como la hepatitis C, la diabetes mellitus y la hipertensión, si bien en este caso podría existir simplemente una relación con los medicamentos utilizados para tratar estas patologías.
También se ha establecido una asociación entre el LPO y la disfunción tiroidea, tanto el hipotiroidismo, como el hipertiroidismo.
De este modo, es conveniente realizar analíticas sanguíneas en los pacientes con LPO para descartar posibles enfermedades sistémicas.
En cuanto a la posible reacción alérgica a los materiales dentales, existen un amplio número de estudios que documentan la hipersensibilidad de contacto con materiales dentales como la amalgama, el composite, los acrílicos dentales, el cobalto y el níquel.
Tratamiento del liquen plano oral
El tratamiento del LPO sintomático varía considerablemente y va desde la eliminación de los factores desencadenantes locales o sistémicos y las intervenciones psicosociales, hasta terapias farmacológicas a largo plazo. De este modo, aunque el LPO se localiza en la cavidad oral, hay implicaciones más amplias en términos de manejo del paciente que merecen una cuidadosa consideración.
Para las lesiones sintomáticas, el manejo se basa en gran medida en inmunosupresores tópicos.
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