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Dos recientes investigaciones sobre la hipertensión arterial arroja luz –valga la expresión– sobre esta enfermedad. Por un lado, una investigación sobre dos tribus de cazadores-recolectores determina que no existe relación entre la edad y el aumento de la tensión arterial. Por otro lado, otro estudio determina que la luz azul tiene un efecto reductor de la tensión arterial.
¿La tensión arterial aumenta con la edad?
Existe la creencia asentada en cardiología que la tensión arterial aumenta con la edad de forma natural.
En este contexto, se llevó a cabo un estudio por investigadores de varias universidades, entre ellas la Johns Hopkins University de Baltimore (Maryland, EEUU) y la Universidad Central de Venezuela (Caracas, Venezuela). Los resultados fueron publicados recientemente en la revista JAMA Cardiology.
En el estudio se investigó la asociación entre la tensión arterial y la edad en dos comunidades amerindias, los Yanomami y los Yekwana que habitan en áreas remotas de la selva venezolana.
La comunidad Yanomami está formada por cazadores-recolectores y presentan unos valores de tensión arterial de los más bajos que se conocen.
Los Yekwana viven cerca de los Yanomami, pero han estado en contacto intermitente con la civilización occidental, habiendo tenido acceso a medicamentos y otros elementos del estilo de vida occidental, como alimentos procesados y sal.
El estudio incluyó a 72 participantes Yanomami y 83 Yekwana con edades comprendidas entre 1 y 60 años. Los dos grupos fueron similares en cuanto a edad, distribución por sexos o altura. Los Yanomami presentaron un peso corporal medio más bajo con un IMC de 21,2 (DE: 3,9), frente a los 23,4 (DE: 4,4) de los Yekwana.
Teniendo en cuenta todas las edades, los participantes Yanomami presentaron una tensión arterial sistólica más baja, con un valor medio de 95,4 (DE: 8,7) mm de Hg, frente a los Yekwana, con un valor medio de 104,0 (DE: 10,6). La tensión arterial diastólica fue 62,9 (8,5) mm Hg y 66,1 (9,5), respectivamente.
Tensión arterial y edad
La relación entre la edad y tensión arterial sistólica mostró un aumento en los Yekwana de 0,26 mm de Hg por año ( 95%CI, 0,04-0,47). Por el contrario, en los Yanomami no se produjo aumento de tensión con la edad.
En cuanto a la relación entre edad y tensión arterial diastólica, la diferencia fue similar, 0.18 (0.08) mm Hg para los Yekwana, mientras que fue de −0.02 (0.07) mm Hg para los Yanomami.
Además, la diferencia entre los grupos se vio incrementada con la edad. De este modo, tras el nacimiento, la tensión arterial era similar en las dos tribus, pero a los 10 años, la media de tensión arterial sistólica fue 5,8 mm de Hg mayor en los Yekwana, llegando hasta los 15,9 mm de Hg de diferencia a los 50 años.
En este sentido, los datos muestran cómo las tendencias divergentes en la tensión arterial comienzan en al infancia. De este modo, desde 1 a 20 años la diferencia media en la TA es de 0,98 (0,39) mm Hg por año.
Para contextualizar, en EEUU la TAS se incrementa 1,5 mm de Hg por año en chicas y 1,9 mm Hg por año en chicos y cerca de 0,6 mm Hg por año en adultos.
El estudio presenta ciertas limitaciones. Entre ellas, una muestra reducida de participantes. Sin embargo, los hallazgos en la comunidad Yanomami sugieren que el aumento en la tensión arterial experimentado con la edad puede no ser un efecto fisiológico natural. Más bien, puede ser consecuencia de los hábitos de vida occidentales.
Finalmente, el aumento de la tensión arterial asociado con la edad en la comunidad más occidentalizada, los Yekwana, se inicia en la infancia, subrayando el potencial de las intervenciones en los estilos de vida de los niños para la prevención de la hipertensión.
Luz y tensión arterial
Más del 60 % de los eventos coronarios pueden prevenirse a través de un estilo de vida saludable. Los factores ambientales, incluida la exposición a la luz solar, juegan un claro papel en el desarrollo de las patologías cardiovasculares. De este modo, existe un claro factor de estacionalidad de las muertes cardiovasculares, probablemente relacionado con la luz del sol. Además, la tensión arterial es claramente más baja en verano que en invierno.
Los mecanismos por los cuales la luz solar afecta a la salud cardiovascular no están del todo claros. En cualquier caso, es necesario encontrar un equilibrio entre los posibles beneficios y los efectos negativos que también presenta.
En este sentido, algunos estudios llevados a cabo en el pasado mostraron que la luz ultravioleta podía provocar la liberación de óxido nítrico desde la piel, determinando una disminución de la tensión arterial. Sin embargo, el principal inconveniente de la luz ultravioleta es el aumento del riesgo de cáncer de piel.
Estudio sobre luz azul y presión sanguínea
En este contexto se realizó un nuevo estudio por parte de diferentes grupos de investigación de Alemania y Reino Unido. La investigación ha sido recientemente publicada en el European Journal of Preventive Cardiology.
El estudio investigó si la exposición corporal a la luz azul visible podía determinar –al igual que la ultravioleta– un descenso en la tensión arterial y una mejora de la función endotelial en personas sanas.
Para ello, se llevó a cabo un estudio cruzado con 14 participantes masculinos que fueron expuestos durante 2 días a luz monocromática azul, un día, y luz filtrada como control, el otro día. Las sesiones fueron de 30 minutos de exposición.
Durante la investigación se midió la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, la función endotelial y los derivados del óxido nítrico en plasma, entre otras variables, durante la exposición y 2 horas más allá.
La luz azul reduce la tensión arterial
Los resultados del estudio mostraron que la exposición a luz azul disminuían significativamente la tensión arterial sistólica y aumentaba el ritmo cardíaco en comparación con el control.
La tensión arterial sistólica disminuyó inmediatamente tras el inicio de la exposición a la luz azul: 7,6mm de Hg (95% IC: 11,4-3,9) y se mantuvo disminuida en comparación con el valor basal a lo largo de los 30 minutos de irradiación. Tras la irradiación, la tensión arterial sistólica volvió a los valores anteriores a la irradiación y permaneció estable durante todo el periodo de observación. Con la luz filtrada esta disminución no se produjo.
Por otro lado, la presión arterial diastólica no experimentó cambios a partir de la luz azul o la luz control.
Otros efectos observados tras la exposición a la luz azul fueron el incremento de la circulación en el antebrazo, el aumento en la concentración de sustancias derivadas del óxido nítrico y de nitroso-compuestos.
Finalmente, se observó una mejora en la función endotelial y una disminución en la rigidez arterial. Este efecto puede estar causado por la liberación de óxido nítrico en la circulación procedente de los metabolitos fotolábiles del óxido nítrico intracutáneo. Este efecto es similar al provocado por la luz ultravioleta, pero sin los efectos negativos de esta.
Tomar luz azul para la hipertensión
La irradiación con luz azul visible a dosis comparables a las de un día soleado parece disminuir la tensión arterial y la rigidez de las arterias. También mejora la función endotelial por la liberación de óxido nítrico en la circulación procedente de los metabolitos fotolábiles del óxido nítrico intracutáneo.
Estos efectos observados apoyan el desarrollo de aparatos de aplicación de luz azul para mejorar la función vascular como estrategia de apoyo a los tratamientos convencionales para la hipertensión. Sin embargo, el alcance del estudio es muy limitado por la reducida muestra de participantes y sus posibles sesgos.