Esperanza de vida: sin influencia genética

Si tu abuelo vivió más de 100 años, levántate del sofá y deja de fumar.

Un nuevo estudio publicado en la revista Genetics estima que la esperanza de vida y la genética se relacionan menos de lo que se pensaba. De este modo, el tiempo de vida y la longevidad es heredable en un factor inferior al 10%. En el pasado, esta relación se pudo haber sobreestimando.

Aumento de la esperanza de vida

Durante los últimos 2 siglos el avance técnico ha hecho que la esperanza de vida aumente de forma notable, principalmente por los avances en las condiciones higiénicas y la lucha contra las enfermedades infecciosas.

En España, sin ir más lejos, la esperanza de vida se ha duplicado en los últimos 100 años. En la actualidad, la esperanza de vida es de 86 años para las mujeres y 80 para los hombres (INE, 2018).

Sin embargo, la esperanza de vida y la longevidad siempre se han relacionado de forma directa con la genética. Quizás sea la hora de revisar esta creencia.

La esperanza de vida es la vida media de una población. Si hablamos del tiempo esperable de vida de un individuo, se trata de un concepto relacionado con el fenotipo, esto es, el conjunto de características que presenta un individuo como resultado de la interacción entre sus genes y las condiciones de su entorno. De este modo, en la esperanza de vida influyen muchos aspectos relacionados con la salud, los hábitos de vida –que pueden determinar la aparición de enfermedades como la obesidad, la diabetes y el cáncer–  y las condiciones de vida o ambiente.

Cuánto influyen los genes en la longevidad

La cifra específica que cuantifica la esperanza de vida señala el lapso de tiempo esperado que va desde el nacimiento hasta la muerte. Y aunque es una creencia ampliamente extendida que las vidas longevas se pueden indentificar en el seno de determinadas familias, las estimaciones sobre la heredabilidad de la esperanza de vida establecen una relación baja.

Esta nueva investigación llevada a cabo por un grupo de investigadores de Estados Unidos se basó en el estudio de multitud de árboles genealógicos que incluían a más de 400 millones de personas. Para ello utilizaron la base de datos de la plataforma ancestry.com.

El principal hallazgo del estudio es que la genética tiene una influencia limitada sobre la longevidad. Es llamativo que el tiempo de vida de los integrantes de matrimonios tiende a ser más parecida entre sí que aquella de las de las personas pertenecientes a la misma familia consanguínea.

Además, en las estimaciones llevadas a cabo en el pasado se incluyeron los matrimonios como si fueran parientes consanguíneos, lo que puede haber inflado esas estimaciones. Esto sugiere que las condiciones del ambiente, junto con la tendencia observada a elegir una pareja con rasgos similares a los propios, haya contribuido a estimar una relación entre los genes y la longevidad mayor de la real.

Los nuevos análisis realizados encontraron que la heredabilidad de la esperanza de vida es probablemente inferior al 7%.

El tiempo de vida tiene más que ver con los hábitos y las condiciones del ambiente que con tus genes.

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