Timidez: cómo vencerla

La timidez es un rasgo de la personalidad que determina una tendencia hacia la inhibición social. De este modo, el tímido se esmera en pasar desapercibido, no expresar opiniones y adoptar un estilo de comunicación pasivo a la hora de relacionarse con otras personas.

La timidez no es una patología, si bien en ocasiones se asocia con algunos desordenes relacionados con la salud mental.

Aunque la timidez es un rasgo de la personalidad, vencer la timidez es posible a través de la adquisición de habilidades y su puesta en práctica gracias a una actitud positiva.

No es lo mismo tímido que introvertido

Mucha gente confunde la timidez con introversión. Los introvertidos no temen los encuentros sociales, aunque prefieren actividades en solitario. Los tímidos, por su parte, desean mayor contacto social, pero a la vez sienten un temor irracional a ser rechazados o juzgados por los demás, lo que les provoca ansiedad y frustración.

Causas de la timidez

Existe una gran controversia acerca de si los rasgos de personalidad, como la timidez,  acompañan a la persona desde su nacimiento o, por el contrario, son adquiridos a lo largo de la vida. Al igual que en otros rasgos de personalidad, existe una interacción entre la genética y el entorno.

En este sentido, la timidez es un rasgo que, en algunos casos, se presenta desde etapas tempranas de la infancia. Sin embargo, la reacción del entorno ante las manifestaciones de timidez de una persona, así como los aprendizajes posteriores, pueden modular dicho rasgo hasta reducirlo a su expresión mínima.

De este modo, la experiencia aprendida de la interacción con el entorno puede ser fundamental. Si desde niño, una persona tímida percibe que su timidez impide que le hagan más caso y le regañan si se esconde detrás de su mamá, es probable que el rasgo de timidez se reduzca. De igual modo, los refuerzos” cuando se lleva a cabo una conducta social carente de rasgos tímidos ayudarán a que la timidez se minimice. Los refuerzos pueden ser hechos tan simples como que la gente le escuche, se ría con él, que sus padres aludan a su carácter agradable, etc.

Por el contrario, una persona que no presente rasgos tímidos inicialmente y obtiene consecuencias desagradables cada vez que es sociable, extrovertido, etc., puede acabar mostrando una conducta tímida por aprendizaje.

Timidez por observación

La experiencia y los aprendizajes tienen mucho que decir en si seremos o no una persona tímida. Incluso para aquellos que afirman que de padres tímidos nacen hijos tímidos, las teorías más conductistas aluden al aprendizaje por observación para explicar este hecho. Según estas teorías, los padres actuarían como modelos que sus hijos observan e imitan. De este modo, los hijos serían como sus padres, pero no por genética, sino por observación. 

Consejos para superar la timidez

Como ya se ha dicho, la timidez es un rasgo de la personalidad por lo que puede ser complicado vencerla. Sin embargo, se pueden poner en práctica algunos ejercicios de conducta y comportamiento para minimizar la timidez. Estos determinarán la adquisición de habilidades que podrán permitir un mayor control y un comportamiento más social:

Practicar conductas sociales

Para que el comienzo sea más sencillo, lo ideal es empezar a poner en práctica conductas sociales de forma paulatina con gente conocida. Las conductas sociales incluirían el contacto ocular, sonreír y poner en práctica el lenguaje corporal que exprese seguridad. Son importantes las presentaciones, las conversaciones triviales, hacer preguntas, etc. Todo ello será más sencillo con personas cercanas que determinen cierto grado de confianza y comodidad. Con todas estas conductas se aumenta la seguridad en uno mismo. Más adelante, se puede probar a hacer lo mismo con personas con las que se tenga menos confianza. Finalmente, será el momento de probar con personas desconocidas.

Hay que atreverse

A menudo, el punto crítico cuando se inicia una conversación con un desconocido es, precisamente, el principio. Se han de pensar de antemano formas de romper el hielo que sirvan para iniciar una conversación. Una presentación, un comentario sobre el trabajo, hacer un cumplido, o formular una pregunta sobre algún tema de interés mutuo pueden ser fórmulas para iniciar una conversación. Tener pensadas varias fórmulas para romper el hielo facilitará el iniciar una conversación con un desconocido o una persona con quien no se tiene demasiada confianza.

Ensayar delante del espejo

Cuando haya que enfrentarse a una situación que se haya estado evitando por culpa de la timidez —como una llamada de teléfono o una conversación— una buena práctica es escribir previamente lo que se va a decir y ensayar en voz alta delante del espejo. Una vez puesto en práctica, no hay que preocuparse si a la hora de la verdad no sale como en los ensayos. De hecho, muy pocas de las cosas que hace la gente segura de sí misma son perfectas. Haberse atrevido a probarlo es motivo suficiente para estar orgulloso. 

Buscar personas con los mismos intereses

Hay que buscar actividades donde relacionarse con personas que tengan unos intereses parecidos. Hay que dar tiempo para conocerlas y coger confianza. A las personas tímidas a menudo les preocupa no estar a la altura o se sienten intimidadas por lo que pensarán de ellas. Este tipo de preocupaciones pueden hacer que la persona tímida se eche atrás y deje de hacer cosas que le encantaría hacer. Suele ser común que exista un exceso de autocrítica. Por ello, una buena estrategia es que la persona tímida se pregunte si sería tan crítico con su mejor amigo. Lo más probable es que con él no fuera tan exigente y lo aceptara tal y como es. 

Cómo desarrollar la asertividad

A las personas tímidas les preocupan mucho las reacciones de los demás y no les gusta crear problemas. Esto no significa que sean miedosas o cobardes, sino que no suelen ser asertivos. Ser asertivo significa defenderse cuando toca, reclamando lo que se quiere o se necesita. También expresarse cuando otra persona está hiriendo sus sentimientos. La asertividad es un rasgo positivo para la persona en cualquier ámbito (personal, familiar, de pareja, laboral, etc.). Para desarrollarla, hay que esforzarse en hacer públicas opiniones o pensamientos que habitualmente no salen de uno mismo.

Ser uno mismo

Está bien probar las distintas formas de relacionarse o conversar que utilizan otras personas. Pero es necesario hacer y decir lo que encaje con el propio estilo. Mostrarse tal cual es uno es lo que más atrae a la gente. Es la mejor forma de vencer la timidez.

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